23 enero 2008

Ángel González, poeta (y 6)

NADA ES LO MISMO

La lágrima fue dicha.

Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.

¡A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?

No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.

Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Ahora, nos queda a nosotros la tarea de encontrar las palabras. Lo intentaremos con tu ayuda, maestro, sin esperanza, con convencimiento.

22 enero 2008

Ángel González, poeta (5)

MERIENDO ALGUNAS TARDES

Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.

Si estoy junto al mar
muerdo primero los acantilados,
luego las nubes cárdenas y el cielo
-escupo las gaviotas-,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.

Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
-tras haberles quitado las espinas-
y cuando se me acaban
me voy rumiando sombras,
rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.

17 enero 2008

Ángel González, poeta (4)

AYER

Ayer fue miércoles toda la mañana.
Por la tarde cambió:
se puso casi lunes,
la tristeza invadió los corazones
y hubo un claro
movimiento de pánico hacia los
tranvías
que llevan los bañistas al río.

A eso de las siete cruzó el cielo
una lenta avioneta, y ni los niños
la miraron.
Se desató
el frío,
alguien salió a la calle con sombrero,
ayer, y todo el día
fue igual,
ya veis,
qué divertido,
ayer y siempre ayer y así hasta ahora,
continuamente andando por las calles
gente desconocida,
o bien dentro de casa merendando
pan y café con leche, ¡qué
alegría!
La noche vino pronto y se encendieron
amarillos y cálidos faroles,
y nadie pudo
impedir que al final amaneciese
el día de hoy,
tan parecido
pero
¡tan diferente en luces y aroma!

Por eso mismo,
porque es como os digo,
dejadme que os hable
de ayer, una vez más
de ayer: el día
incomparable que ya nadie nunca
volverá a ver jamás sobre la tierra.

16 enero 2008

Ángel González, poeta (3)

Un consejo para este tiempo de exámenes y también, sobre todo, para el resto de la vida.
QUÉDATE QUIETO

Deja para mañana
lo que podrías haber hecho hoy
(y que comenzaste ayer sin saber cómo).

Y que mañana sea mañana siempre;

que la pereza deje inacabado
lo destinado a ser perecedero;
que no intervenga el tiempo,
que no tenga materia en que ensañarse.

Evita que mañana te deshaga
todo lo que tú mismo
pudiste no haber hecho ayer.

15 enero 2008

Democracia Nacional, esos cachondos

Supongo que ya se habrán enterado de la manifestación prohibida en Madrid. Un grupo de derecha extrema, de esos a los que el PP les parece un peligroso grupo anarquista, pretendía convocar una protesta contra el aumento de la delincuencia en esta nuestra comunidad causada, según su fino análisis, por la inmigración a la región. La convocatoria presenta una situación apocalíptica que "comienza a ser invivible", "porque no sólo las calles son inseguras, ya ni en el interior de nuestros hogares estamos seguros". Pero el gran problema no es el aumento de la delincuencia, es que en eso también nos comen el terreno los extranjeros:

Porque cada vez en más barrios la única ley que rige es la ley de los delincuentes, la gran mayoría para colmo, venidos de fuera.

Porque para delinquir ya nos bastamos los nacidos aquí, que además conservamos una cierta tradición. ¿Qué es eso de que te entren en el chalé una banda de rumanos a los que apenas se les entiende? ¿Dónde queda el trato humano con el cliente? Nada que ver con el atraco en un callejón oscuro a cargo de un quinqui que habla una jerga incomprensible. O al menos un gitano.

Más adelante tienen un apunte de sensatez

Porque si no teníamos bastante con las bandas callejeras locales ahora tenemos que aguantar a los Latin Kings, Ñetas, Trinitarios y a toda esa escoria venida de lejanas tierras.

que, por supuesto, fue convenientemente aprovechado por los medios para descalificar a DN sacando de contexto la parte "escoria venida de lejanas tierras" y adornándola con un "barrer" que no he encontrado en todo el texto. Claro, esas bandas son la crema de la intelectualidad, se merecen un respeto. Sin embargo, tranquilos, que lo contrarrestan rápidamente con un párrafo delirante, seguramente escrito bajo la acción de algún estupefaciente:

Porque nos dijeron que eran necesarios debido a la baja natalidad pero sus clínicas de muerte y trituradoras de carne humana no han dejado de segar la vida de nuestros compatriotas.

Se me escapa qué se esconde tras metáforas tan bellas, "clínicas de muerte" y "trituradoras de carne humana", probablemente dignas de Palahniuk. Eso por no mencionar el preciosista cartel con el que ilustran el comunicado y alegran algunos puntos escogidos de la ciudad, que incluye, entre un hispano con una pistola, un gitano con una faca, un cabeza rapada yonqui y un negro (así, sin estar cometiendo en apariencia más delito que existir), a un camello. O para ser más exactos, un tipo con cabeza de camello. Impagable.

Hasta aquí todo "normal". El asunto no me habría llamado la atención de no haber respondido a la prohibición por parte de la Delegación del Gobierno con otro comunicado en el que se quitan el velo y muestran que no son más que una panda de cachondos, unos bromistas con cierto gusto por la excentricidad. Tras mucho marear la perdiz con que si derecho manifestarse, que no son violentos y demás blablablá, al final dan rienda suelta a su sentido del humor:

Con sorpresa también respondemos a la polémica creada por nuestro comunicado a la prensa, lamentando haber llamado “escoria” a las bandas de Latin kings, Ñetas, Maras, Salvatruchas, Trinitarios…etc. que operan en nuestro país, a partir de ahora y en futuras convocatorias a fin de conseguir el visto bueno y la tutela de los medios de izquierdas y del gobierno que dirigen este país nos dirigiremos a estos individuos con más respeto a fin de no ofenderles…quizás la fórmula de “señores delincuentes” “sus señorías traficantes” “ Su usía violador pandillero” resulte más políticamente correcta y a gusto de todos.

Y por último ya que la prensa analiza minuciosamente nuestro cartel debería haberse dado cuenta que en el diseño, entre los delincuentes, los hay de todas las razas y aspectos por lo que no puede catalogarse de racista de ninguna manera. Simplemente hemos querido representar de la forma menos dramática posible un antes y un después de nuestra capital.

Fabuloso. Atraído por las luces cual insecto he empezado a vagar por la web de sus fachas mercedes y sus racistas excelencias para corroborar mi teoría: no son un partido de ultraderecha, sino una caricatura de ídem. Por todo el sitio hay pruebas -apuesto a que los foros son de traca-, siendo mi favorita las encuestas de la barra derecha. Todas imaginativas y con unas opciones súper ingeniosas; pero mi favorita es ésa en la que preguntan por el autor del 11-M y un 44.52% responde que "La CIA y el Mossad israelí".

Unos excéntricos y unos cachondos.

14 enero 2008

Ángel González, poeta (2)

Vamos hoy con algo más ligero, ahora que empiezo a asumirlo. Por ejemplo, un par de muestras de su maravilloso sentido del humor (que ya había aparecido en los dos anteriores, aunque algo más fino). El primero con una retranca planetaria, de ésas que a mí me pierde por su devastadora capacidad de crítica hiriente que se vuelve contra uno mismo.

CANCIÓN, GLOSA Y CUESTIONES

Ese lugar que tienes,
cielito lindo,
entre las piernas,
ese lugar tan íntimo
y querido,
es un lugar común.

Por lo citado y por lo concurrido.

Al fin, nada me importa:
me gusta en cualquier caso.

Pero hay algo que me intriga.

¿Cómo
solar tan diminuto
puede ser compartido
por una población tan numerosa?

¿Qué estatutos regulan el prodigio?

También con píldoras condesadas en un par de versos, una muestra de cómo pasar de la chanza a la lucidez dolorosa en una frase.

GLOSAS A HERÁCLITO

2
Los más dialécticos, los multimillonarios:
nunca se bañan dos veces en el mismo
traje de baño.

3
Nada es lo mismo, nada
permanece.
Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:

se hacen las dos con sangre, se repiten.

Sin olvidar, claro, el simple y gozoso juego con el idioma.

EMPLEO DE LA NOSTALGIA

Amo el campus
universitario,
sin cabras,
con muchachas
que pax
pacem
en latín,
que meriendan
pas pasa pan
con chocolate
en griego,
que saben lenguas vivas
y se dejan besar
en el crepúsculo
(también en las rodillas)
y usan
la coca-cola como anticonceptivo.

13 enero 2008

Ángel González, poeta (1)

ME BASTA ASÍ

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mi mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-;
entonces,

si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión a mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...

(Escucho tu silencio,
oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.)

12 enero 2008

Muere Ángel González

Me tomo un descanso de los estudios y recibo una mala noticia: Ángel González, poeta, posiblemente el mejor poeta vivo de este país, ha muerto. La nueva me deja mal cuerpo. Apenas le he visto un par de veces en persona, nunca he hablado con él, y sin embargo siento que deja un vacío. Perdemos una voz lúcida, inteligente e irónica, una voz profunda capaz de recitar sus propios poemas como pocos. Sí, nos queda su obra, por fin incompletas sus obras completas, y su voz registrada en algunos discos. Gran consuelo. Desconsuelo.

Nunca hablé con él, y sin embargo siempre le sentí cercano, un amigo comásn quien merendar algunas tardes, especialmente aquellas sin pulpa comestible, con quien masticar los minutos en un ejercicio de melancolía, sin perder nunca el humor, sintiéndome por unas horas un poco asturiano. Siempre sentí simpatía y cariño hacia Ángel González, como hacia un abuelo, y consumía ávido cualquier aparición suya en los medios, como si de un conocido se tratara, regocijándome de su serena sabiduría, de sus reflexiones irónicas.

Inicio así una serie de citas-homenaje con las que recordarle en estos tristes días.

DATO BIOGRÁFICO

Cuando estoy en Madrid,
las cucarachas de mi casa protestan porque leo por las noches.
La luz no las anima a salir de sus escondrijos,
y pierden de ese modo la oportunidad de pasearse por mi
[dormitorio,
lugar hacia el que
-por oscuras razones-
se sienten irresistiblemente atraídas.
Ahora hablan de presentar un escrito de queja al presidente de la
[república,
y yo me pregunto:
¿en qué país se creerán que viven?;
estas cucarachas no leen los periódicos.

Lo que a ellas les gusta es que yo me emborrache
y baile tangos hasta la madrugada,
para así practicar sin riesgo alguno
su merodeo incesante y sin sentido, a ciegas
por las anchas baldosas de mi alcoba.

A veces las complazco,
no porque tenga en cuenta sus deseos,
sino porque me siento irresistiblemente atraído,
por oscuras razones,
hacia ciertos lugares muy mal iluminados
en los que me demoro sin plan preconcebido
hasta que el sol naciente anuncia un nuevo día.

Ya de regreso a casa,
cuando me cruzo por el pasillo con sus pequeños cuerpos que se
[evaden

con torpeza y con miedo
hacia las grietas sombrías donde moran,
les deseo buenas noches a destiempo
-pero de corazón, sinceramente-,
reconociendo en mí su incertidumbre,
su inoportunidad,
su fotofobia,
y otras muchas tendencias y actitudes
que -lamento decirlo-
hablan poco en favor de esos ortópteros.

Descanse en paz, maestro.

03 enero 2008

Last night I had the strangest dream

Me encuentro en mi pueblo, acudiendo a una clase de inglés (manda huevos, no saben hasta qué punto) con los más variopintos compañeros (es decir, gente de toda época y todos mis círculos sociales) cuando se desata la típica epidemia zombie. Sólo que, en este caso, no son simples zombies, sino zombies-coche. Por ese orden. Zombies con capacidad de automovilizarse. Algo así como transformers humanos.

De repronto, me encuentro con Rinzewind en el cuerpo de Rincewind. Sin túnica ni sombrero puntiagudo, pero sé que es él. En cambio no sé qué rayos hace allí (es un decir), tal vez esté cubriendo para el Manifestómetro la concentración de zombies. Le saludo como un fan y le cuento que también escribo en blogs.

Cada vez quedamos menos. Las hordas infectadas nos van sitiando, hasta que irrumpen en nuestro último bastión y nos acorralan contra un muro tras el que hay un precipicio (por si acaso). Se regodean en la situación, pues, y ésta es mi gran aportación al género, los jodíos saben hablar. El cabecilla inicia una sádica cuentra atrás con la que nos van comiendo el poco espacio que nos queda antes de tocar la pared. Yo no estoy asustado porque sé que voy a escapar. Cómo lo voy a hacer, ni idea, pero que lo conseguiré. Tal vez sea conciencia de protagonista.

Y justo cuando se cumple el implacable plazo y se cierne sobre nosotros la no muerte, cómo no, suena el despertador.

Me he quedado acojonado. No por el sueño, pues ya digo que no tenía miedo y encima molaba un puñao. Acojonado por el hecho de que yo, o mi cuerpo, supiese exactamente cuándo iba a dispararse la alarma del despertador y crease una historia cuyo final coincidese con ese momento. Podrán decir: "bah, te suena siempre a la misma hora y ya estás acostumbrado". Pero es que no estaba en mi cama. No, lo siento, malpensados: en mis delirios febriles previos al sueño me había ido a la cama de mis padres para rememorar, aprovechando su viaje, aquellas enfermedades de la infancia.

Así que, vale, podía saber a qué hora sonaría, pero no deja de tener mérito saber cuándo iba a sonar. Viva mi reloj interno.